Comunicaciones Móviles por Satélite
Desde la aparición de los primeros satélites
artificiales se ha considerado su aplicación a las comunicaciones
móviles y personales, dada su capacidad de cubrir grandes regiones
en la superficie terrestre. El teléfono satelital ha sido anhelado
como medio de comunicación personal ideal, ya que en principio puede
permitir la comunicación desde cualquier zona de la tierra. Sin
embargo, hasta la fecha, esta aspiración no se ha logrado y los
satélites de comunicaciones no han podido superar a los sistemas
terrestres en las aplicaciones móviles y personales, debido a
limitaciones intrínsecas de los satélites de comunicaciones
derivadas de sus órbitas, su capacidad para cubrir un territorio
dado, su capacidad potencia de transmisión, las limitaciones
impuestas por las frecuencias utilizadas en la comunicación y sus
respectivos anchos de banda, y los retrasos en la comunicación
derivados de la distancia a la que se encuentran, entre otras. Para
entender lo anterior revisaremos algunos de los sistemas de
comunicaciones móviles por satélite que se han propuesto hasta
ahora.
Todo
depende de la órbita.
Los sistemas de comunicaciones móviles por
satélite pueden ser clasificados en términos de sus órbitas de
operación. Cada órbita tiene sus ventajas y desventajas, por lo que
no se puede tener todo a la vez. Por ejemplo, las órbitas
geoestacionarias (GEO) permiten cubrir casi la tercera parte de la
superficie terrestre pero al estar muy lejos de la tierra (35,786 Km
de altura) requieren de mayores potencias de transmisión tanto en
los satélites como en las terminales en tierra y sufren de retrasos
en la transmisión. Las órbitas bajas (LEO) por otro lado, nos
liberan de estas restricciones pero entonces ya no tenemos al
satélite en un punto fijo respecto a nosotros, sino que lo vemos
pasar unos cuantos minutos al día sobre nuestra posición. Lo
anterior requiere entonces de una gran cantidad de satélites en
operación simultánea para asegurar la comunicación entre dos
usuarios en un momento dado y una gran complejidad en el ruteo de las
señales entre los satélites y el segmento terrestre
Por lo anterior, ninguna solución es óptima y en
comunicaciones móviles existen dos grandes categorías: los sistemas
que se basan en órbitas geoestacionarias y los que se basan en
órbitas no geoestacionarias o asíncronas. Los satélites de órbita
asíncronas, a su vez tienen dos grandes clases que son órbitas
circulares y órbitas elípticas.
Los sistemas de comunicaciones móviles por
satélite en órbita circular se dividen en órbita terrestre media
(MEO) y de órbita terrestre baja (LEO).
Comunicaciones móviles con satélites
geoestacionarios.
Los sistemas de comunicaciones basados en
satélites geoestacionarios han sido muy útiles para proporcionar
diversas soluciones de comunicaciones, como la difusión de señales
de televisión en gran escala. El encontrarse a una altitud de 35,786
kilómetros sobre la tierra les da la ventaja de cubrir a casi todo
un hemisferio terrestre y con eso tener la posibilidad de "bañar"
grandes regiones con sus señales electromagnéticas. Esa misma
virtud los hace muy útiles para comunicar zonas remotas en el
planeta en donde los sistemas terrestres como las microondas y la
fibra óptica resultarían prohibitivamente caros.
Sin embargo, cuando queremos aplicar los satélites
geoestacionarios a las comunicaciones móviles y personales, la gran
distancia a la que se encuentran sobre la tierra representa una
desventaja por las siguientes razones:
-
El tiempo de ida y regreso de las señales electromagnéticas es de al menos 240 milisegundos, lo cual es perceptible en las comunicaciones de voz.
-
La atenuación de la señal a lo largo de una distancia tan larga es muy alta, ya que la energía de la señal disminuye con el cuadrado de la distancia entre el transmisor y el receptor. Lo anterior requiere de transmisores de alta potencia y grandes antenas en las terminales de tierra. Esto reduce la movilidad de las terminales del usuario final y hace que las terminales sean poco prácticas.
A pesar de lo anterior, se han desarrollado
sistemas de comunicaciones personales y móviles basados en satélites
geoestacionarios. Ejemplo de esto es INMARSAT, un sistema de 11
satélites geoestacionarios que provee comunicaciones en casi todo el
planeta, con excepción de los polos. Entre sus usuarios se
encuentran marinos, trabajadores de campo y personal militar. Los
servicios de INMARSAT se basan en la banda L, (1 a 2 GHz). A
diferencia de la telefonía celular terrestre en la que es posible
reutilizar las frecuencias en cada célula, esto no es posible en las
comunicaciones móviles con satélites geoestacionarios, por lo que
el ancho de banda que éstos pueden proporcionar es limitado.
Así, los servicios de INMARSAT son más caros que los servicios
de telefonía móvil celular dado que la empresa no ha podido generar
una base de clientes lo suficientemente grande como para reducir el
costo del servicio basado en economías de escala.
Angélica Ortega
C.I 18.265.594
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