El plan de Elon Musk para llevar Internet a todo el mundo


Elon Musk frente a un prototipo de la primera nave que pretende llevar pasajeros al espacio. / Foto: Medium.

Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos que tiene como objetivo brindar Internet a todo el planeta, sin importar que se esté en las zonas más remotas de la Tierra. Sin embargo, para lograrlo se requerirá cubrir nuestra órbita terrestre, a una escala que es difícil de dimensionar.

Musk pretende que al final de su proyecto, 11 mil 943 satélites estén orbitando la Tierra y en línea y para ello ya ha lanzado 60 satélites en uno de sus cohetes y se espera que para el 2020 el número incremente a 720.

12 mil satélites además de los 5 mil que ya existen
Uno de los principales argumentos que cuestionan el proyecto de Musk es que nuestra órbita terrestre actualmente cuenta con un gran número de satélites, 4 mil 921 para ser específicos, según los datos de la Oficina de las Naciones Unidas para Asuntos del Espacio Exterior. Sin embargo, no son los únicos, cerca de 2 mil 600 satélites ya no funcionan y se suman a la impresionante cifra de 17 mil objetos en nuestro espacio denominados como basura espacial.

¿Quién decide poner en órbita un satélite?
En la actualidad prácticamente cualquier persona que tenga el conocimiento y la inversión monetaria necesaria técnicamente puede lanzar su propio satélite al espacio y esto ha provocado el actual problema de la basura espacial que enfrentamos. Según datos de la BBC, en los últimos 10 años el ritmo de lanzamiento de satélites se ha triplicado dada la incursión de compañías comerciales que con la ayuda de agencias gubernamentales logran poner en órbita sus propios equipos.

Musk logró conseguir el permiso de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, que es un organismo de la ONU que regula las telecomunicaciones a nivel internacional, para lanzar sus satélites, mientras que la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos y la Administración Federal de Aviación también han aprobado y permitido el lanzamiento de cohetes con los satélites a bordo.

El empresario ha prometido que sus satélites Starlink no serán perceptibles, por lo que no habría de afectar el aspecto de nuestros cielos, pues actualmente la enorme cantidad de satélites y basura espacial no lo hace. Además, estos satélites funcionan con energía solar (lo cual es significativamente menos contaminante que los combustibles actuales) y dado su gran número, podrán proveer de un servicio de Internet ininterrumpido, al tiempo que contarán con el equipo necesario para poder evitar colisiones con la basura espacial u otros objetos celestes.

Además, frente a las críticas iniciales, Musk ha declarado que el equipo encargado de Starlink intentará trabajar para reducir la reflectividad de sus satélites con el objetivo de no irrumpir en demasía con las observaciones espaciales y otros estudios del Universo. 

Sin embargo, algunos expertos si bien describen que adaptarse a esta nueva realidad es posible, lo cierto es que no ha habido algún tipo de consenso científico que avale este tipo de decisiones comerciales que invariablemente pueden afectar nuestro cielo nocturno y no solamente la labor de investigación científica. Del mismo modo, en The Verge explican cómo resulta inusual que para este proyecto no haya habido ningún tipo de consulta, en particular cuando la comunidad de la ciencia del espacio suele ser considerada para este tipo de proyectos comerciales.

El problema de la obstrucción de la observación de las estrellas no sólo proviene del proyecto de SpaceX, pues no hay que olvidar que el dueño del gigante de las ventas por Internet, Jeff Bezos, también tiene proyectado una incursión espacial con su empresa Blue Origin; además de otras compañías como OneWeb que también pretende crear una flota de satélites para proveer Internet.

Erika Placencio
23.639.551

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